Editorial: Celso Marranzini, el eterno protagonista del sector eléctrico

Una y otra vez, el nombre de Celso Marranzini resurge en el debate nacional cuando el sistema eléctrico de la República Dominicana enfrenta crisis. Su innegable presencia en el sector ha generado tanto admiración como cuestionamientos, pero hoy, el clamor popular parece inclinarse en una dirección contundente: «Celso, es hora de que te retires».

No se puede negar que Marranzini ha sido una figura influyente en el sector eléctrico del país, un terreno complejo y con innumerables desafíos. Sin embargo, con cada apagón, con cada nueva crisis, surge la pregunta de por qué su nombre sigue siendo sinónimo de este rubro. El pueblo dominicano, fatigado por décadas de un servicio eléctrico ineficiente y costoso, mira con escepticismo las repetidas apariciones de este empresario en el panorama energético.

Recientes reportajes señalan que Marranzini continúa vinculado a negocios relacionados con el sector eléctrico, camuflado a través de empresas que realizan contratos con el Estado, desafiando la transparencia que se espera de figuras que han ocupado roles tan prominentes en la administración pública. A la vista de todos, incluso de Compras y Contrataciones, Marranzini parece haber encontrado formas de mantenerse en juego, pese a las crecientes demandas ciudadanas por un cambio real y profundo en el manejo de este sector crucial.

El pueblo clama con razón, pidiendo que el presidente Luis Abinader tome una decisión firme: apartar a Celso Marranzini de cualquier vínculo con el sector eléctrico. No se trata solo de un descanso para el empresario; es un descanso necesario para la nación, que necesita nuevas caras, nuevas ideas y un compromiso genuino con la transformación del sistema energético.

Celso, te lo pedimos con todo el respeto: es hora de dar un paso al costado. La República Dominicana necesita avanzar, y solo podrá hacerlo cuando aquellos que han estado ligados durante tanto tiempo al problema, se hagan a un lado para que otros puedan construir la solución.

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