Washington, EEUU.- Con una formal recepción, el Embajador Gedeón Santos, Representante Permanente de la República Dominicana ante la Organización de Estados Americanos (OEA) dejó inauguradas las remozadas oficinas de esta Misión Permanente.
El evento contó con la presencia del presidente del Consejo Permanente de la OEA, Embajador Carlos Calles; el Secretario General de la OEA, Luis Almagro; el General de Brigada Piloto, Agregado Militar en los EEUU, y delegado ante la Junta Interamericana de Defensa, Pedro Valenzuela Quiroz; los Embajadores representantes de los grupos regionales SICA y CARICOM. Además, estuvieron presente los funcionarios, representantes alternas/os de esta Misión Permanente ante la OEA así como de la Embajada ante el Gobierno de los EEUU.
Iniciando el acto, el Secretario General Almagro destacó la vocación del Embajador Santos para incorporar las más modernas tecnologías a los ambientes de trabajo. Resaltó como la Misión de la Republica Dominicana ante la OEA se encuentra hoy en día a la vanguardia del desempeño profesional tras la implementación del wide open office, espacios paperless y firmas electrónicas en los tramites diarios.
A continuación, las palabras pronunciadas por el Embajador Santos cuando se dirigía a los invitados durante el evento:
“Estimado Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA)
Estimado Néstor Méndez, secretario adjunto
Estimado embajador Carlos Calle, presidente del Consejo Permanente
Distinguidos colegas embajadores
Apreciados miembros del personal de esta Misión
Amigos todos:
Quiero comenzar mis palabras preguntándome ¿qué significa ser un servidor público? Y la respuesta es simple: significa no sólo entregarse a los demás, sino también poner toda su capacidad y talento en el ideal de lograr un Estado eficiente, institucionalizado y justo; porque de lo contrario cualquier cargo que se ostente, sólo sería una mera distinción jerárquica, una plataforma de exhibición o un lisonjero pedestal donde mostrar el ego. Por lo que creo, que ese espíritu de entrega debe ser aun más profundo cuando el servidor está marcado por la idea del cambio y de la transformación. Y eso es lo que hemos hecho aquí: un profundo proceso de transformación física, política e institucional para llevar a esta Misión Permanente a la estatura que merece el Estado dominicano. Siempre he creído que un país pequeño y en proceso de desarrollo, con serias limitaciones de recursos y de poder, debe sustituir esas carencias con la planificación, la organización y la eficiencia, de manera que podamos sacarle todo el jugo a los escasos recursos de que disponemos.
Hoy, los hemos convocado aquí a inaugurar la remodelación de este local, que como pueden ver tiene toda la belleza y las facilidades que se requiere para el trabajo internacional que demandan los cambios tecnológicos y la gerencia de los nuevos tiempos. Estas instalaciones cuentan con un centro de video conferencias, modernas áreas de trabajo, sala de reuniones, baños, cocina, sala de espera y oficinas para el personal directivo. También con internet de alta velocidad, monitor de 70 pulgadas, fotocopiadora, equipos de oficina, nevera, estufa, microonda, bebedero, entre otros. Además, cuenta con un portal web, nuevos esquemas de redes sociales, y la rotulación de todas las áreas comenzando con un vistoso letrero en el exterior y la identificación de la Misión en la entrada principal. También cuenta con un almacén y un cuarto de archivo físico. Es importante destacar que esta remodelación rescató el ático de este edificio a través de una escalera de acceso, lo que le aumenta el valor monetario a la propiedad y le da nuevos espacios para mayor comodidad del trabajo del personal. Asimismo, es bueno que ustedes sepan, que esta remodelación no fue una simple lavada de cara con pintura, significó, además, el cambio total de los pisos, puertas, ventanas, baños, cocina y de todo el mobiliario requerido. Además, se dotó a la Misión de dos vehículos de calidad tanto para el trabajo cotidiano como para las cortesías a las personalidades que nos visitan.
Pero toda esta remodelación física y de facilidades, sólo sería un hermoso cascarón vacío, un inútil espacio cosmético, si no hubiésemos contado con un plan estratégico que le ha dado sentido a nuestros objetivos como institución. El plan estratégico 2017-2020 ha venido a representar una verdadera guía para el trabajo cotidiano y para alcanzar los objetivos que nos hemos trazado como país. Este plan, nos ha permitido una mejora sustancial en la gestión, la institucionalidad y en la ejecución de las políticas. Además, nos ha guiado por el camino del uso de las herramientas del siglo XXI, como el uso de la nube para el archivo eficiente de los documentos, la firma y el sello electrónico, el uso de whatapp como herramienta de trabajo para el intercambio y manejo de documentos y para las reuniones virtuales de los grupos de trabajo.
Hoy podemos decir con orgullo, que somos prácticamente paperless, que gracias a estas herramientas tecnológicas podemos estimular el trabajo en el hogar y que podemos capacitar nuestro personal vía online a través de nuestro centro de video conferencias. Finalmente, dotamos a la Misión de organigramas, manual administrativo y financiero, un estudio hecho por la Misión de cómo vimos la región en el 2017, un informe de rendición de cuentas, un inventario y la solicitud de una auditoría para la transparencia de la gestión.
Sin embargo, todo lo anterior no habría tenido sentido si no hubiese aterrizado en logros políticos prácticos, y claro está, que el mayor logro fue el haber sacado al país del Capítulo IV-B que nos ponía como violadores sistemáticos de los derechos humanos, capítulo en el que nunca debimos haber estado dado que exhibimos una sólida democracia y a que por tradición nos hemos apegado a los principios de defensa a los derechos humanos. Además, gracias a la benevolencia del Secretario General, se declaró el merengue como patrimonio cultural de Las Américas, y se le puso el nombre de Juan Pablo Duarte a un modesto salón de las oficinas administrativas de la OEA.
Además, hemos logrado distender y mejorar las relaciones de nuestro país con importantes sectores de la institución que se erosionaron luego de la sentencia 168-13 sobre la nacionalidad. Además, gracia a una acertada visión, logramos convertirnos en mediadores legítimos en el conflicto venezolano, logrando uno de los intentos más serios por alcanzar una salida consensuada y pacífica a la crisis de esa hermana nación, con lo cual colocamos a nuestro país en el foco de la atención regional y mundial.
Estimados colegas y amigos, no puedo terminar estas palabras sin agradecer al Presidente Danilo Medina y al canciller Miguel Vargas Maldonado por haber creído en este esfuerzo y haber facilitado los recursos para este logro. Asimismo, quiero reconocer al personal de esta Misión quienes se integraron al trabajo en forma entusiasta, con lo que ayudaron en su agilización y en la disminución de los costos.
Pero dentro de todos, quiero destacar la entrega incondicional y el esfuerzo del encargado administrativo de esta Misión, el ministro consejero Flavio Holguín, quien logró la magia de hacer muchísimo con los pocos recursos de que disponíamos, pues no sólo se convirtió en ingeniero, maestro constructor, albañil, plomero, electricista, chofer y decorador, sino que sacrificó hasta su propia salud para lograr en forma exitosa esta remodelación que hoy exhibimos. Asimismo, quiero reconocer el esfuerzo y la dedicación demostrada por la ministra consejera Érika Álvarez, quien, como mi asistente, lo dio todo para que esta gestión pudiera exhibir todos los logros que hoy presentamos. También quiero reconocer al embajador Víctor Tirado, hermano, amigo, quien no sólo demostró un compromiso total con esta gestión y con las funciones que se le asignaron, sino que siempre estuvo dispuesto a pagar cualquier sacrificio por sus amigos, por su trabajo y por el pueblo dominicano. A todos, nuestros más sinceros agradecimientos.
Finalmente, como todos saben, no soy diplomático de carrera, aunque si un conocedor de los temas internacionales. Soy esencialmente un intelectual y dirigente político que le ha tocado servir coyunturalmente desde esta posición, por lo que sé que pronto tendré que volver a mi país a servir en los procesos que se avecinan.
Pero quiero decir aquí frente a ustedes, que cuando ese día llegue, me iré con la frente en alto, con el orgullo del deber cumplido, y con la certeza de que puse todo mi corazón y empeño en dejar una mejor institución que la que encontré cuando fui nombrado en el cargo. Creo, que no puede haber mayor honor para un político formado en las lides revolucionarias, que el haber venido a la Casa de Las Américas a defender con gallardía, no sólo los principios de soberanía y autodeterminación consagrados en nuestra constitución, sino a defender el honor y la dignidad de los pueblos de nuestra América en un momento en que intereses ajenos a nuestros ciudadanos quieren, en nombre de la democracia, trastocar la paz y la integración de nuestra región. Creo, que con la defensa casi intransigente de esos principios que nos dieron origen le hemos rendido honor a los padres fundadores de nuestra república y a todos los dominicanos y dominicanas que se han sacrificado por el desarrollo y el bienestar de nuestra nación.