Joe Biden y Xi Jinping se reunirán por primera vez en casi un año para hablar sobre cómo evitar una nueva «Guerra Fría»

El presidente, Joe Biden, y el presidente chino, Xi Jinping, se reunirán el miércoles en California para conversar sobre comercio, Taiwán y la gestión de las tensas relaciones entre Estados Unidos y China en el primer compromiso entre los líderes de las dos economías más grandes del mundo en casi un año, informaron funcionarios de la Administración Biden.

La Casa Blanca ha dicho desde hacer varias semanas que anticipaba que Biden y Xi se reunirían al margen de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico en San Francisco, pero las negociaciones se prolongaron hasta la víspera de la reunión, que comienza el sábado.

Los funcionarios, que informaron a los periodistas bajo condición de anonimato según las reglas establecidas por la Casa Blanca, dijeron el viernes que los líderes se reunirían en el área de la Bahía de San Francisco, pero se negaron a ofrecer más detalles debido a preocupaciones de seguridad. Se espera que miles de manifestantes lleguen a San Francisco durante la cumbre.

“Estamos en competencia con China, pero no buscamos una confrontación conflictiva ni una nueva Guerra Fría”, dijo un alto funcionario de Seguridad Nacional de la Casa Blanca sobre el encuentro, citado. “Estamos por gestionar la competencia de forma responsable. Llegaremos a la reunión confiados en nuestro enfoque general y nuestra posición. En primer lugar, vamos a empezar a girar con inversiones que cambiarán las reglas del juego en la fortaleza estadounidense en casa”.

No se espera que la reunión dé lugar a muchos anuncios importantes, si es que alguno, y las diferencias entre ambas potencias probablemente no se resolverían. En cambio, dijo un funcionario, Biden busca “gestionar la competencia, prevenir el riesgo negativo de conflicto y garantizar que los canales de comunicación estén abiertos”.

Una agenda tensa

Las diferencias en la ya complicada relación entre Estados Unidos y China no han hecho más que agudizarse en el último año, con Beijing enfurecido por los nuevos controles estadounidenses a las exportaciones de tecnología avanzada; las órdenes de Biden de derribar un globo espía chino después de que atravesó el territorio continental de Estados Unidos; y la ira china por una escala en Estados Unidos de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen a principios de este año, entre otras cuestiones. China reclama la isla como su territorio.

Es probable que Biden también presione a Xi para que utilice la influencia de China en Corea del Norte, en medio de una mayor ansiedad por el aumento del ritmo de pruebas de misiles balísticos por parte del gobierno de Kim Jong Un, así como por el suministro de municiones de Pyongyang a Rusia para su guerra en Ucrania.

También se espera que el presidente demócrata le haga saber a Xi que le gustaría que China utilice su creciente influencia sobre Irán en el contexto de la guerra de Israel, principalmente dejándole claro al gobierno iraní que no deben tomar medidas que lleven a una escalada en el conflicto entre Israel y Hamas.

El Gobierno de Biden cree que China, un gran comprador de petróleo iraní, tienen una influencia considerable sobre Irán, que es un importante patrocinador de Hamas.

Un contexto complicado

Biden y Xi se reunieron por última vez hace casi un año al margen de la cumbre del Grupo de los 20 en Bali, Indonesia. En la reunión de casi tres horas, Biden objetó directamente las “acciones coercitivas y cada vez más agresivas” de China hacia Taiwán y discutió la invasión rusa de Ucrania, entre otros temas. Xi destacó que “la cuestión de Taiwán está en el centro mismo de los intereses fundamentales de China, la base política de las relaciones entre China y Estados Unidos y la primera línea roja que no debe cruzarse en las relaciones entre China y Estados Unidos”.

La reunión de la próxima semana se produce mientras Washington se prepara para un año potencialmente agitado, no solo por las relaciones tensas entre ambas potencias económicas, sino también con Taiwán listo para celebrar elecciones presidenciales en enero y Estados Unidos celebrando sus propias elecciones presidenciales el próximo noviembre.

En este contexto, las advertencias han sido claras por ambas partes. La Administración Biden ha tratado de dejar claro a los chinos que cualquier acción o interferencia en las elecciones de 2024 “plantearía preocupaciones extremadamente fuertes por nuestra parte”, según un funcionario.

La Casa Blanca también señaló que Biden está decidido a restablecer las comunicaciones entre militares de las que Beijing se retiró en gran medida después de la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán en agosto de 2022.

Mientras tanto, el número de encuentros inseguros o provocativos que involucran a barcos y aviones de las dos naciones ha aumentado.

 

 

 

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